COMO ACORTAR UNA VISITA


¿Nunca han estado disfrutando de un delicioso helado de su sabor favorito, un suculento aperitivo, una película por la cual han esperado mucho para poder ver y de la nada llaman a tu puerta?
Pues algo así me paso aquel viernes por la noche en la que un maratón de películas cómicas se había apoderado de mi novia y yo, haciéndonos reír como niños en un circo de Julio; todo era muy divertido y confortante; las caricaturescas escenas, los ríos de dulces y uno que otro beso travieso hasta que el timbre de la puerta retumbo entre la oscuridad de la habitación.
Era un amigo de ambos, el cual no veíamos hace algunos meses, del cual la única información que teníamos era que se encontraba visitando a sus padres en Portugal; versión que su inoportuna visito confirmo ya que nos conto que hacia pocas horas que había llegado a la ciudad.
Pasamos algunas horas platicando de una y otra cosa hasta que mi novia se disculpo y fue a la habitación principal dejando un par de minutos para llamarme y aunque me pareció de mal gusto dejar solo a aquel auto invitado, asistí en segundos al llamado.
Ella estaba más que molesta, aquella visita nos estaba robando una de las pocas noches en las cuales podemos estar juntos, y amenazo con hacer “algo que no le gustaría hacer”, si es que yo no actuaba para hacer que el visitante nos dejara poder terminar nuestra felicidad interrumpida.
Paso casi una hora más y no pude encontrar una manera amable con que despedir al amigo, es entonces que observe a mi novia excusarse de nuevo y salir de esa monótona conversación como lo hizo antes con la diferencia que esta vez fue al cuarto de lavado y volvió con una sonrisa desconcertante y con una pisca de malicia; no pasaron ni diez minutos de aquello y nuestra hablantina visita se puso en pie, nos volvió a saludar pero con tacto de despedida y se fue, perdiéndose en la noche que dejaba a la vista nuestra empañaba ventana.
No me contuve y fui al cuarto de lavado en donde no encontré nada raro y con una curiosidad aun mayor regrese a la sala buscando a mi novia que ya había tomado el sitio que tenia hacia antes del timbrazo.
La interrogue de inmediato y entre risas me confesó que había tomado la escoba y la había puesto detrás de la puerta, según ella se dice, que este es un secreto para ahuyentar visitas indeseables y aunque no creo en supersticiones ni magia esta vez agradecí sus beneficios.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

...buena historia muy interesante lo de la escoba lo tomare en cuenta cuando tenga una visita inesperada espero sacen mas de esas historias...

Unknown dijo...

Tampoco no soy creyente de supersticiones, pero si alguna vez tengo a alguien no deseado como visita pues no pierdo nada intentandolo jeje