La incapacidad de un presidente, la desconfianza en el gabinete y el congreso; son solo algunas de las características que han llevado al Perú a su actual situación de caos.
La decisión de suspender temporalmente la ley, de armar una nueva mesa de diálogo y de usar a la iglesia y a la defensoría del pueblo como intermediarios nos haría creer que se goza de un estado de prudencia; sin embargo dos docenas de policías muertos y una cantidad indeterminada de civiles fallecidos nos muestran lo contrario.
Los hechos demuestran que en pleno siglo XXI las decisiones hay que tomarlas con conocimiento y consentimiento del pueblo ya que lo contrario solo nos arrastra a un mar de sangre y lágrimas.
Con respecto al actual gobernante y su infame discurso en donde muestra a los nativos amazónicos como ciudadanos de segunda clase podríamos deducir el porqué no se atendieron a tiempo las demandas de estos nuestros hermanos que derramaron sangre por nuestra patria en el conflicto del Cenepa.
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